martes, 17 de julio de 2012

LECCIÓN 7: EL RECONOCER Y CULTIVAR LOS TALENTOS Y LAS APTITUDES



Lección 7 EL EVANGELIO Y LA VIDA PRODUCTIVA

EL RECONOCER Y CULTIVAR LOS TALENTOS Y LAS APTITUDES

Debido al desarrollo que adquirimos en la vida preterrenal, cada uno de nosotros vino a la tierra con una combinación única de talentos y aptitudes:
El Élder Bruce R. McConkie dijo: “Los espíritus de todos los hombres, cuando se encontraban en la Presencia Eterna, en la Preexistencia, desarrollaron aptitudes, talentos, capacidades y habilidades de todo tipo, clase y nivel. Durante ese largo lapso de tiempo, se formó una variedad infinita de talentos. Con el correr del tiempo, no hubo dos espíritus iguales. Mozart se convirtió en músico, Einstein centró su interés en las matemáticas, Miguel Ángel se concentró en la pintura… Cuando pasamos de la preexistencia a la vida terrenal, traemos con nosotros las características y los talentos que desarrollamos allí, aunque olvidamos lo que ha sucedido antes, porque estamos aquí en la tierra para ser probados. La capacidad y aptitudes de allí permanecen con nosotros aquí: retomamos el curso de nuestro progreso dónde lo dejamos cuando partimos de la vida premortal.”
DEBEMOS COMPARTIR NUESTROS TALENTOS CON LOS DEMÁS PORQUE EN EL PLAN DE DIOS NO EXISTE EL EGOÍSMO: DEBEMOS SIEMPRE AYUDAR A LOS DEMÁS.

Cuando confiamos en el Espíritu, el Señor nos ayuda a reconocer y a cultivar nuestros talentos y aptitudes, y debemos ESFORZARNOS en desarrollarlos:
D y C 46: 11-12: “ Porque no a todos se da cada uno de los dones; pues hay muchos dones, y a todo hombre le es dado un don por el Espíritu de Dios. A alguno le es dado uno y a otros otro, para que así todos se beneficien.”  (Mateo 25: 14-30: La Parábola de los Talentos)
El Élder Marvin J. Ashton dijo: “Una de las grandes tragedias de la vida ocurre cuando una persona se cataloga a sí misma como carente de talento y dones. Cuando estamos disgustados o desanimados debido a que nos vemos tan insignificantes, no sólo nosotros nos llenamos de tristeza, sino también Dios. Al creer que no tenemos dones, a  juzgar por nuestra estatura, inteligencia, calificaciones en los estudios, posesiones materiales, poder, posición social o apariencia exterior, no sólo somos injustos, sino también irrazonables… Pues el Señor nos ha dado a cada uno,  uno o más talentos y está en nosotros en descubrirlos  y desarrollarlos. Tengamos presente que fuimos creados a la imagen de Dios, que no hay nadie insignificante y que todos somos importantes para Él.”  También dijo: “Existen diversos tipos de dones. Algunos de los espirituales son: el don de preguntar, el de escuchar, el de oír y de emplear una voz suave y apacible, el don de poder llorar, el de evitar la contención, el de congeniar, el don de evitar repeticiones vanas, el de obrar con rectitud, el de no condenar, el de buscar la guía de Dios, el de ser un discípulo, el don de interesarse en los demás, el don de saber meditar, el don de orar, el de testificar con poder y el don de recibir el Espíritu Santo.”

El Señor nos ayudará a vencer nuestras dudas y temores a medida que busquemos Su ayuda para cultivar nuestros talentos y aptitudes:
Cualquier cosa que hagamos en esta vida tendrá eco en la eternidad.
Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes porque soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”
El Élder Richard Scott dijo: “En muchos sentidos el mundo es como una jungla llena de peligros que pueden dañarte o mutilarte el cuerpo, esclavizarte o destruirte la mente, o diezmar tu moral. Se proyectó que la vida fuera un desafío, pero no para que fracases, sino para que triunfes por medio de vencer obstáculos. De todos los lados te enfrentas a decisiones difíciles pero vitales. Hay una serie de tentaciones, influencias destructivas y peligros disfrazados que ninguna otra generación ha afrontado. Aunque  te consideres fuerte, inteligente, o con muchos dones y talentos, nadie podrá evitar serios problemas si no buscas la ayuda del Señor. No te enfrentes solo al mundo. Confía en el Señor.”

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