(Artículo sacado de "Mormones online")
Los hombres santos de los últimos días, así como las mujeres, tienen una función específica que cumplir en el hogar y en la iglesia.
Los hombres santos de los últimos días, así como las mujeres, tienen una función específica que cumplir en el hogar y en la iglesia.
Dentro
de la iglesia, los hombres pueden poseer el sacerdocio. Éste no es como
el sacerdocio de la Iglesia Católica, o muchas otras religiones. La
Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que es el
verdadero nombre de la Iglesia, es una iglesia laica; no hay ministros
pagados. Todos son voluntarios. Además, todos los varones de doce años
de edad o mayores que viven una vida moralmente limpia, pueden poseer el
sacerdocio.
Es importante señalar que los hombres no pueden usar su sacerdocio en
sí mismos. Si necesitan algo que se hace normalmente a través del
sacerdocio, ellos, al igual que las mujeres, deben encontrar otros
poseedores del sacerdocio que lo hagan a favor de ellos.
El sacerdocio
es una posición de servicio, lo que les permite servir a los demás, pero
no a sí mismos. Esto significa que no hay ningún beneficio especial en
poseer el sacerdocio aparte de las oportunidades que ofrece para servir;
no hace más fácil para ellos el lograr la salvación.
Las mujeres tienen
otras responsabilidades y oportunidades. Los puestos ocupados por los
hombres no son más importantes que los de las mujeres. Simplemente son
diferentes.
Cada miembro de la Iglesia recibe las bendiciones del sacerdocio.
Ninguna bendición que un poseedor del sacerdocio pueda darle a alguien
es retenida de aquellos que no la tienen por sí mismos. Cada nivel de
sacerdocio viene con responsabilidades diferentes y cada persona puede
hacer la labor de los niveles inferiores, así como la labor de su propio
nivel.
Los poseedores del sacerdocio preparan y bendicen el sacramento
(similar a la comunión en otras iglesias), restauran la salud a los
enfermos, cuidan de los necesitados, visitan familias y se aseguran de
su bienestar, y ocupan ciertas posiciones que requieren el sacerdocio.
Los hombres utilizan su sacerdocio para presidir el hogar. Esto no
significa que ellos manden. El élder Bruce C. Hafen y su esposa Marie
escribieron un artículo que explica este concepto. Ellos dijeron: En la
versión en inglés de “Génesis 3:16
dice que Adán “gobernará sobre” de Eva, pero esto no hace que Adán sea
un dictador. Para gobernar hay que establecer normas. Entonces Adán
tendría que vivir de tal modo que otros puedan medir la rectitud de su
conducta al observar la de él. Ser un gobernante no es tanto un
privilegio de poder como una obligación de practicar lo que un hombre
predica. Además, sobre en “gobernar sobre”, utiliza el término hebreo bet, que significa gobernar con, no gobernar sobre. Si un hombre ejerce “dominio… en cualquier grado de injusticia” (D. y C. 121:37; énfasis añadido), Dios termina el sacerdocio o autoridad de tal hombre”.
A los hombres se les enseña que sus esposas deben ser socias de pleno
derecho en la dirección de la familia. El hombre sólo tiene una mayor
responsabilidad en ver que él dé el ejemplo y el tono que la familia
pueda seguir. Si el esposo y la esposa se encontraran en un punto muerto
sobre una decisión importante, se les aconsejará orar pidiendo
orientación. Si aún así no pudieran llegar a un acuerdo, el marido, en
su papel de presidente, no es que automáticamente se salga con la suya.
Él tendría la gran responsabilidad de elegir qué opción regirá. Por
ejemplo, podría decidir que el problema está más en el área de
responsabilidad de su esposa, y entonces ella podría tomar la decisión
final y él la apoyaría tan completamente como si fuera su propia idea.
Esto requiere que el poseedor del sacerdocio tenga una gran madurez, y
los hombres están capacitados para desarrollar esa madurez.
Aunque los hombres y las mujeres tienen diferentes responsabilidades en un hogar mormón,
ningún papel es más importante que el otro. Se espera que el esposo
obtenga los ingresos de la familia, y la mujer, si es posible, cuide de
la casa y los niños. Por supuesto, los hombres mormones
ayudan con los quehaceres de la casa y los niños, y se espera que
ayuden con alegría con la cocina y los pañales, pero es de dominio
especial de la mujer.
Las mujeres mormonas no sienten que este papel las degrada en modo
alguno. Debido a que las familias mormonas pueden ser eternas, el
trabajo de la madre de edificar hijos responsables, llenos de fe, que
sean buenos participantes en el mundo es fundamental para el bienestar
eterno de la familia. El papel del padre es igual de importante, en
hacer todo lo posible para asegurarse de que su familia esté cuidada y
tenga un ambiente espiritual adecuado en el cual crecer y prosperar.
Cuando cada miembro de la familia tiene áreas específicas de
responsabilidad, esto ayuda a prevenir la contención, ya que cada padre
es considerado el experto en su campo.
La iglesia considera que el papel de un padre es tan esencial para el
bienestar de un niño como lo es el papel de una madre. A los hombres se
les enseña a un tiempo bueno y de calidad con sus hijos y ayudar en su
cuidado.
En general, la vida de un hombre mormón es una vida de ejemplo y responsabilidad.