Lección
4 EL EVANGELIO Y LA VIDA PRODUCTIVA
LA ADMINISTRACIÓN PRUDENTE DE LOS
RECURSOS ECONÓMICOS
Lograr
la autosuficiencia económica nos ayuda a ser más felices y equilibrados.
El pago de los diezmos y ofrendas nos trae bendiciones:
Malaquías 3: 8-10 “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimentos
en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os
abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta
que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os
destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril. Y
todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable,
dice Jehová de los ejércitos.”
D y C 64: 23 “He aquí, el tiempo presente es llamado hoy hasta la
venida del Hijo del Hombre; y en verdad, es un día de sacrificio y de requerir
el diezmo de mi pueblo, porque el que es diezmado no será quemado en su
venida.”
El
Pte. Hinckley dijo: “La realidad es que
el diezmo es la ley de finanzas del Señor, la cual se recibió de Él por
revelación. Es una ley divina que encierra una promesa grandiosa y hermosa, y
se aplica a todo miembro del la Iglesia que tenga un ingreso. Se aplica tanto a
la viuda en su pobreza como al hombre rico en su riqueza.”
Es
muy importante ser honrados con el Señor al pagar el diezmo.
El
Élder Robert D. Hales dijo: “A aquellos
que viven fiel y honradamente la ley del diezmo, el Señor promete una
abundancia de bendiciones. Algunas de estas bendiciones son temporales, así
como el diezmo es temporal, pero al igual que las ordenanzas físicas externas
del bautismo y de la Santa Cena, el mandamiento de pagar el diezmo requiere un
sacrificio temporal que a la larga, se traduce en bendiciones espirituales… Las
bendiciones temporales y espirituales del diezmo se adaptan específicamente a
nosotros y a nuestras familias, de acuerdo con la voluntad del Señor, pero para
recibirlas, debemos obedecer la ley sobre la cual se basan.”
El evitar las deudas innecesarias y ahorrar para el futuro nos ayuda a
mantenernos libres del cautiverio económico:
El
Señor nos enseña que debemos evitar las deudas, y que si en algún momento las
hemos contraído, debemos deshacernos de ellas cuanto antes.
D
y C 104: 78: “Además de cierto os digo en cuanto a vuestras deudas, he aquí, es
mi voluntad que las paguéis todas.”
D
y C 19: 35 “Paga la deuda que has contraído… Líbrate de la servidumbre.”
El
Pte. Thomas S. Monson dijo:
“Cuando el exceso de deudas llama a la
puerta, los sentimientos se encuentran más en tensión, las peleas son más
frecuentes y los nervios se pierden con mayor facilidad. Los recursos que
tienen que dedicarse a satisfacer los pagos de las deudas no añaden alimento a
la mesa, no suben un grado la temperatura del hogar, ni reemplazan ninguna ropa
gastada. Muchas personas podrían superar cualquier gran tormenta económica que
tuvieran en la vida si tuvieran comida y ropas almacenadas para un año y si
estuvieran libres de toda deuda.”
El ser honrados en nuestros asuntos financieros demuestra nuestra integridad
personal:
Alma
27:27 “…y se distinguían por su celo para con Dios, y también para con los
hombres; pues eran completamente honrados y rectos en todas las cosas; y eran
firmes en la fe de Cristo, aun hasta el fin.”
El
octavo mandamiento dice: No hurtarás. Hay personas que tal vez no comprenden la
importancia de ser honradas en sus tratos financieros porque ven que hay
quienes parecen prosperar siendo deshonestos. Pero ser honrado con los demás
refleja nuestra manera de seguir al Señor. El Señor nos ha llamado Su pueblo
del convenio porque estamos dispuestos a hacer convenios con Él y observarlos.
Nos ha mandado que seamos honrados con Él y con nuestro prójimo.
Es importante dialogar como familia para decidir cómo utilizar nuestros
recursos económicos:
Es
muy importante la administración del dinero para el matrimonio y la familia.
El
Pte. Spencer Kimball dijo: “A fin de que
dos personas puedan obtener éxito en su matrimonio, necesitan tener un
presupuesto cuidadosamente preparado por ambos y ceñirse estrictamente a él. Se
debe actuar en conjunto en la formación de planes. Toda familia debería tener
un presupuesto.”
Es
muy importante que ambos cónyuges participen en la elaboración del presupuesto
familiar.
“La
administración del dinero en el hogar entre el esposo y la esposa debe hacerse
de común acuerdo, con ambas partes contando con voz y voto... “La
administración de las finanzas familiares debe hacerse de mutuo acuerdo entre
marido y mujer y con una actitud de franqueza y confianza. El control del dinero
por parte de uno de los cónyuges es una fuente de poder y autoridad que, además
de ser inapropiado, genera desigualdad en el matrimonio. Por otro lado, si uno
de los cónyuges se retira por completo de la administración económica de la
familia, incurre en la abdicación de una responsabilidad imperante”.
Un
PRESUPUESTO nos ayuda a planear y a evaluar nuestros gastos. Debemos ajustar
nuestros ingresos a los gastos y gastar siempre menos de lo que ganamos.
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